Concierto
reproducido, nos lanzamos sin saber más, me da la mano después...
¡Déjala
correr!
Tengo
otra vez hambre, solo tomé leche. Ojos cerrados. 26 años.
Por
la vida que es la más bonita de todas las damas, unas tinieblas que nunca
existieron.
Afligido
y desmayado, echo un toro bravo si me hallo descansado.
Pasos
protegidos por Ra, como para juzgaros en Nuremberg, soy Kigsman con la
elegancia de Freixenet.
Resurgir
despegando como el Ave Fénix y hacerte un pastel con fresas de esos que tanto
te gustan.
Juntando
el hambre con las ganas de comerte entera. Es media vida luchando por
encontrarme en la totalidad de las dos partes que hacen una la materia.
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