Camino
hacia el altar, nunca dejé de rezar, no sé que pasará, no está en mi mano ma,
lo que me disgusta dejó ya, descubro a mi ser en el jamás; rendir y desesperar.
Voy por una causa, clara y concisa. Tu hermosa musa me acompañarás, aunque nos
dejemos la vida habrá de intentar salir de la miseria, son muchos años como pa
dejarme ahora caer, son dos ya compartiendo mis vivencias, mi manera de pensar,
mis gotas de sangre y sudor que escupo desde las llagas del corazón a un folio
en blanco hambriento de expresión. No me des odio dame oración, hundo mis raíces
de nuevo en el suelo, vuelvo a lo que nunca debí de dejar, es matar por lo que
deja mi mente libre y soñar, quiero vivir como me merezco ni más ni menos, no
he nacido para perder, no le tengo miedo tampoco, siempre me levanté.
Mamá
dame esperanzas, padre darte las gracias, quiero más fuerza para romper las
paredes y las cuerdas que me aprietan a esta mierda obsoleta, rajo las cadenas
que me intentan colgar desde sus miradas mustias.
Tengo
claro lo que quiero, no me gusta ni me sirven tus maneras, mis decisiones las
primeras, es honor de colmillos de lobo, soy un elefante que se escapa del
circo y se encarga de liberar al tigre y al domador pisar.
Soy
una pantera negra, roja es mi bandera, por los días vividos, por todo el tiempo
compartido, por servirme de guía, por enseñarme algo, fuera de mi camino si
buscas hacerme daño, no formo parte del rebaño.
Orgullo,
prejuicio contra los prejuiciosos, provocador de serie, llevarte donde las
ganas me lleven, quererte en jueves, domingos y martes. No sé si entiendes de
lo que hablo; no te escucho, no te veo, muero por dentro, vivo por fuera, me
transporta un cuerpo, le doy alimento, vivo desconcierto. Soy cemento en
proceso de mortero, anclado al suelo dando vueltas en lo que quiero hacer
perfecto. No me necesitas y yo a ti tampoco comprendes, quiero a los que me
quieren, si te sirve lo que escribo son mis enseres. Rompo cuadros después de
pintar con garabatos, surrealista, el mundo no es realista; todos tienen prisa
y yo no tengo tiempo y el tiempo no existe, dame un momento, me cago en mis
años, me cago en los que buscan hacer sufrir, un golpe con un hierro y el
cuerpo a los cerdos. Caramelos de miel, en mi garganta astillas, no de pollo,
dame aromas que me purgue, dame cerveza que me quite la sed pero me da más ¿qué pasa joder? Me enfrento a los osos por el liderazgo de territorio, me doy de
bruces al caer por el acantilado del fin del mar, es una raya que tarde o
temprano partirá, quiero viajar, a pie, perderme, lo haré cuando tenga que
dejar de verte, mientras viviré para quererte, aunque siempre de más, hago lo
que me pide la palabra, lo que siento lo comparto, si te robo un beso será que
me lo he ganado. A veces tengo ganas de pelearme como cuando era pequeño,
convertirme en el fuerte del recreo, ganarse el respeto, otras tantas
salía corriendo cuando jugaba en desventaja. No me des un coche que le piso, no
piques a hacer algo que lo demuestro, con estar a punto de dejármela en
el arcén más de una vez, tengo más miedo de mí que lo que se escapa de la
lógica, en realidad soy muy tranquilo y a la vez no me puedo estar quieto, si
me ponen barrotes limo con los dientes y no me esfuerzo por sacar al mimo que
llevo; está siempre triste y toca la armónica en el Puente romano, antes se
alistó de soldado, era de bocadillos con foie gras, desayunaba observando
diamantes, la mayoría ni se paraba.
Hasta
el final:
de
la carrera,
de
la carretera,
de
la cartera,
de
las maneras,
de
las secuelas,
de
las últimas,
de
las primeras,
de
quererte de cena,
de
comer,
pa
merendar,
de
tomar tostadas solo con sal,
de
echar azúcar por la ventana.
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