Frío banco que lleva en
su hueso tu esencia, las noches son festivas, las estrellas fugaces testigas,
las hazañas trágicas, los besos de mentira, la oscuridad sólo la excusa, la
duda es tenue, los entresijos traicioneros.
Te mira a los ojos que
parpadean por lágrimas febriles que brotan de la sangre que circula por la
boca, no haces más que evitarle, sólo puede avergonzarse, tus caricias son
táctiles, tu sonrisa es maléfica, los instantes fascinantes, el mismo tonto
enamorado, enganchado a tus te quieros de antes. No habrá tercera vez me cuenta,
es la aprendida, dejar de ilusionarse.
Días en el mismo banco
esperando que volvieras a su lado, el pasaporte no deja ni huellas, no pasa por
allí.
Lo difícil que fue conseguirte y lo fácil que desapareciste.
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