29 de marzo como cada año,
fecha de luto de aniversario, una misa en Caniles te recuerda y el alma de los
que por ti rezan, a veces con llantos y pesadillas pero siempre dándote las gracias por todo lo que hemos
conseguido, por el amor que me diste hasta el último minuto, por intentar hacerme
un hombre. Los fallos que cometiste que me dan coraje para no seguirlos y
afrontar con cojones este duro viaje.
De la vida, la cara encendida,
el corazón en el puño y el espíritu de un vagabundo me guía. Sé que te tengo
cerca, te siento, sigo viendo gente que a ti me recuerda.
Hoy me he levantado con un
propósito, ir a reunirme contigo en una Iglesia. En la primera había una boda,
la segunda cerrada y en la tercera me he quedado en un bautizo.
La vida que eligen tus padres,
la vida que te siembras, te conviertes en alguien o lo tratas de averiguar con
caídas, aprendizaje.
Te quiero, te rindo este
homenaje, no me porté lo bien que pude con mi madre, ahora estoy poniendo
remedio. Lo pasé fatal, tu muerte nunca dejé de llorar, si recuerdo tu rostro o
hazañas rompo en tormentos silenciosos de lágrimas. Te quiero, me educaste como
supiste, todo lo que quise me diste.
Mi padre, mi modelo masculino,
me dejó a mi madre y a mi hermano un 29 de marzo, mi mayor tesoro.
No te guardo rencor, te amo,
lo nuestro era adoración continua. Dame fuerza, la tuya y la de Dios, en un
templo medito en silencio. Protege a los tuyos, ilumíname el camino, que estoy
muy perdido.
Creo en Cristo pero no piso
una iglesia, lo llevo por dentro, me ayuda a sufrir menos.
Diez años ya desde que te fuiste, no sé si nunca lo he aceptado, si siempre he sentido que has estado a mi lado, si ya nadie más me ha pegado, la vida sus senderos me está brindando. No pienso en el mañana, muero en el presente, esta angustia de no ser todo lo feliz que pudiere.
Diez años ya desde que te fuiste, no sé si nunca lo he aceptado, si siempre he sentido que has estado a mi lado, si ya nadie más me ha pegado, la vida sus senderos me está brindando. No pienso en el mañana, muero en el presente, esta angustia de no ser todo lo feliz que pudiere.
Déjame que en ti piense y que
amigos de verdad me acompañen, que no me haga zancadillas el destino, que
encuentre a alguien que me quiera, sin faltarme nunca el calor del hogar.
Yo tiro para adelante, da igual
el duro trance de ruina que intente tumbarme, no lo logrará, me esquivará y
desaparecerá, la venda de los ojos la llevo más rasgada.
Quiero que te sientas
orgulloso de mí, si todo lo tuve que volver a aprender, a vivir. Con 15 años
era un niño al que se le vino el mundo encima. Fracasaba en los estudios, ya de
siempre era revoltoso, con la ayuda de mamá terminé, más tarde me orienté, tras
pensar que no servía para nada, nada de lo que estudiaba me gustaba y
abandonaba.
Un día de esos que estaba
perdido vi un cartel de una escuela de cine y ahí empezó mi camino. El arte
dramático me da la vida, la que perdía, la que soñaba que algún día tendría.
Los palos que me he dado para poder lograrlo, a día de hoy me doy cuenta de que
valgo para esto, que era lo mío, que tenía un don, que la vida se me orienta.
Padre yo te quiero, tenía
pendiente escribirte algo desde el día que te perdimos, nos fuiste arrebatado,
tu cuerpo gracias al Cielo transportamos.
Me gustaría poder recompensar
algún día a esta madre que apuesta por mi, me permite estudiar fuera de casa,
que me mantiene a diario, que se gasta en mí con todo su amor la mitad del
sueldo.
Sigo siendo un chico sano, me
gusta la cerveza y los cubatas como a ti, pero no bebo solo, que no los tenga
en casa que si no los repelo. Más de una vez quise acompañarte al lado tuya,
quitarme de en medio. Que por mí no lloraría nadie, solo era una persona
ausente que paseaba por la vida. La que estoy recuperando, la que disfruto día
a día, este buen karma me siga acompañando.
Padre tengo sueños, quiero
hacer tantas cosas que no sé por donde empezar, me gustaría grabar una película
de tu vida. Si tuviera dinero algún día tanto bien haría, todo lo daría por mi
familia.
¿Qué cómo me veo en un
futuro?, no sé si seré actor, lo que si sé es que algún día viviré en tu sueño: el
cortijo, la paz tras la tempestad, el sol del que crecen nuestras raíces.
Descansa padre, orgulloso de
llamarme igual que tu. Sé que me alumbras desde Arriba.
Te quiero papá.
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