Ir al contenido principal

Tu ungüento

Y no lo sabemos, lo desconocemos,
pero me enfrento,
rasgo arena buscando el tesoro que dejaron mis ancestros,
cicatrices en piernas y manos, matarme si retrocedo,
estoy a cero en mis cuentas pero de ilusión estoy lleno.
Voy con lo que sé, lo cojo, lo transformo,
no habrá más sobornos,
dame tu fuerza que la mía se gasta,
pero carga las fuerzas que me acompañan,
y los desvaríos sin el asma.
Rompiendo cristales que ocultan posibilidades,
daban señales para anclar fugaces
encuentros espectaculares.
No quiero lamentos,
quiero vida,
dame una señal,
no me permitas desmayar,
necesito tu ungüento,
tu ungüento, tu ungüento.
Necesito tu ungüento.
Y vuelvo a buscar,
y no me importa no encontrar,
el mundo no se hizo en un día,
dame más,
quítame lo que me estorba,
la lacra que se me cuelga
cuando continuamente pienso abandonar.
Tiempo para pensar,
 reflexionar con el sonido del mar,
 como las aguas de la cascada helada,
 pájaros de espino,
 papel en decorados que son mentira,
 ocultas la vida natura,
 te destrozan los malos pensamientos,
 ya no los tengo pero me los intentan colgar.
 No quiero lamentos,
 quiero vida,
 dame una señal,
 no me permitas desmayar,
 necesito tu ungüento,
 tu ungüento, tu ungüento.
 Necesito tu ungüento.
 Dame una nueva encrucijada,
 dame un hogar,
 o las fuerzas para no tener  que huir a buscar
 cada vez más lejos lo que permite el bienestar,
 más bien la necesidad natural.
 Dame tu ungüento, tu ungüento,
 tu ungüento.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Mi guía

Estar a tu lado  y nunca fallarte, ir hasta el fin de los días,  mi vida acompañarte. No darte tiempo  de echarme en falta, cada momento juntos  hasta la inexistencia. La extinción  me produce fobia pero estar a tu lado  me reconforta.  Pienso en ti a todas horas,  ¡conectado!, eres la dueña  de mis sentimientos. Emociones,  por ti, por ella, para mi,  y para mis canciones. Eres mi falta de sueño,  despierto con cada aliento en verso que susurras,  me llega al cerebro. Comerte fresca  cual fruta, mojada, o caliente  por el peso de mi espalda. Arañas  y me dejas marca, en la piel  y el hueco de mi alma. Te quiero y amo,  estoy en velo, esperando tu desvelo,  de cara y cuerpo. Hasta dentro,  llameante el corazón, bombea sangre  y amor por vos. Doy amor  en cada línea, si esta cierra  me paso al siguiente verso. Creo,  en ti pienso, lo mismo que creo  en mis ángeles del Cielo. Son mi guía,  tú mi dulce melodía, queda fría  la silueta si s

Vuelve a la cama

Escribo menos porque vivo más, una novia en cada circunstancia. Situaciones al límite como Relatos Salvajes, un desvarío continuo como los hermanos Farrelly. Murciélagos desorientados en mi patio a media tarde, todavía uno duerme en el escalón del trastero, resguardando en letargo para después. Un resquicio diminuto en tus paredes. Aletas moradas, carne y caviar, lambrusco para variar y leche con calcio. Te hiciste la remolona y no me diste el contacto, pasarán semanas hasta que vuelva. La máquina de escribir se formatea al rozar el cable, las manchas forman encuadres. Tu boca sabe a arándanos y tu lengua es viperina. Tus pechos magnolias y tu culo montículos donde mis manos reposan palpando mitades de albaricoque. Variedad en la misma masa, cara blanca y sonrisa sureña, acento cordobés. Jugando como un niño que no conocía la malicia, si la picaresca, comiendo de tu racimo, tomando dulces y vino. El calor del brasero un bálsamo y tus abrazos matemáticos, con cada p

El amante

Alivio de agobio, aventura tras el novio. Deseo irreconciliable, nuevo rumbo que no falte. Tú fuiste el culpable, yo no lo llamo engañe. Lo hiciste a sabiendas, llegaste demasiado tarde. Ibas de importante, no te importaba machacarme. Te mostrabas distante, en otro lado te desahogaste. Yo no soy tu esclava, ni nací para enardecerte. Ya es hora de que vuelva a vivir, volver a disfrutar y ser feliz. El amante Tú fuiste el culpable, tu mujer recurrió a mí, y yo estoy en esta vida para hacerla feliz. Tú te lo has buscado, a tu pareja has obligado, se siente muy bien con su cuerpo, la relación has desvirtuado. Yo la amo mientras tú derrochas dinero en clavos, la culpa es tuya y no de la que está en casa llorando. Falso, si no la quieres por qué la engañas, es por ambición de deseo de los que solo quieren tu cuerpo, aunque con este hecho demuestras bastante poco intelecto, difícilmente estarás contento. Es por eso, que creo en el amor, nunca e