Un nenúfar crece ascendente en
las mantas del averno,
una estirpe anglosajona lucha
sin tregua en la colina,
los dioses ya se unieron con
los hombres en la abadía,
y en los rincones de los
corazones se almacena la hombría.
Soy una fiera inquieta que se
come lo que se cruce,
vivo en guardia cabizbajo esperando
lanzarme por la carne,
soy un científico loco, solo
creo desastres,
soy un paquidermo perezoso que
no se atreve a limpiar sus marcas.
Bonachón parezco, más
sentimiento recorre todos los cascos de mi cuerpo,
vivo en un perdón continuo,
errante de liberarme de estas cadenas,
mis piernas ya están duras,
mis plantas desgarradas,
mis manos vendadas, las caderas
quebradas.
En el núcleo del desperfecto
me encuentro clamando al Cielo,
retando a los diablos, pobres
todos, viven sin dueño,
y el sueño de despertarme tras
una horrible pesadilla,
contento de poder disfrutar de
mi familia.
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