Yacen hormigas negras por el agua tibia,
las manos caen portando cerillas,
me desvanezco,
tormentos en el mármol del frío averno.
Un gramo de apetito para este chico
inquieto,
calor solo, estufa que queme los recuerdos,
fotos de mis amargas travesías,
quiero ver el sol arder y el rencor
desaparecer,
que me vuelvas a querer.
El ayer es mentira,
murió como el corazón del poeta
que buscaba una razón para no expresar,
pero siempre aparece un nuevo día,
imágenes me guían,
son mi despertar.
Las tinieblas en los aledaños andan,
cuando el cerebro ya se irrita,
enfermedades imaginarias debilitan,
el vapor de la bañera nubla,
hay que volver a volar.
Un apéndice inconsciente que libere el
germen,
una culpa que sea decorada,
una falda que sea caliente,
un abrigo que cubra el abismo en el que
participo.
Si nunca disfruto o me cuesta respirar,
si tengo ganas de llorar hasta ahogar al
mar,
si la tierra se destruye al caminar,
si las faltas de comer no llegan, me da
igual,
déjame o acompáñame,
solo quiero rezar para solucionar ese mal,
Dios está en el corazón del que lo busca.
Si no puedo amarte como el primer día,
no quiero la contaminación de la rutina,
ni el comportamiento que desato cuando
sufro,
quiero la verdad de un nuevo día,
quiero ver el sol arder, quiero que me vuelvas a querer.
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