Peligro
decía el enunciado de un libro juvenil, historias de terror antes de dormir
abierto a la noche. Me dio miedo el goteo cercano pero me enfrenté notando mis
puertos activos, ni había fantasmas ni se conocieron detalles.
Manhattan
con velas alumbra un apartamento sureño, a favor de los besos más húmedos que
des; de la sierra de las tapas a los callejones empedrados.
Indícame
el motivo de esos gestos inocentes que marcan tus carrillos; con palabras, con
sonrisas, con miradas prolongadas y cabeza gacha.
Espectador
o célebre? Supongo que depende del momento!, del tiempo que aceche, de las
ganas que le eche, de lo que se abra a mis pasos. Ese momento del descanso con
el trabajo bien hecho, dimos más de lo que nos pidieron y el resultado fue
bueno, dame otro texto en breve que me da el mono, dame una razón para ser tu
apodo y dame otro beso para no sentirme nunca más solo.
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