Apetece
nuevamente nunca sacia, dame magia Adelina bajo las enaguas, recuerda el verbo.
Soy de antihéroes y finales felizmente abiertos.
Me
pierdo en las ojeras de tu ausencia Rigoberta, abre la cueva y deja que se vaya
todo a la mierda lento. Consumamos el último resquicio de aliento sólido.
A
bajo cero acabar lo empezado, el color de las fuentes cambia como las personas,
no me hables más, dadle cloro a ese perfume teñido. En mi sitio, volviendo
siempre al origen del bienestar, ya pasé de perderme por caminos inhóspitos.
Caen
los muros y se derrite la nieve formando escabechina, campo de sueños, deja
flotar al genio de la lámpara de piedra, otras caerán en el ocaso de las
persianas bajadas.
Parábola
de panoramas en paradoja sin encolar con parla, calidad incuestionable
amazónica conversando con el creyente bajo el pino. El talismán se hizo a si
mismo. La gente se conoce cara a cara.
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