Algún
día te veré, sé que sigues existiendo y que querrás estar conmigo, me das tu
luz con la que me ilusiono y avanzo camino a algo que desconozco. Tengo miedo
como siempre pero estoy convencido que es lo mejor, otra cosa es que lo
aproveche.
Soy
feliz y no me debo nada más que preocupar de serlo, junto a las dos personas
que nunca me van a abandonar, a las que tengo que demostrar tanto.
Hay veces que me pregunto si me ves, si me
apoyas, si deseas decirme algo pero no te puedo tener y verte me daría pánico,
te sigo recordando y buscando parecidos.
Renuncio
de tu doble, tu viva imagen somos con mi hermano. Te quiero aunque no te lo diga
en alto, si no fuera así por qué iba a estar llorando. Soy injusto tantas veces
que no comprendo el por qué olvido rápido, te escribo porque algo va mal.
Cambio
de ciudad no de país, la ciudad de la cristiandad, ¿es lo que quieres para mí? ¿por
qué actúo así? Y encima me recompensas!
Leopoldo se llama tu misionero y el
Cielo es el credo, el que hay gente que no respeta y por el que hace daño, ya no
quiero ser un reo ni un mártir; solamente seguir mi propósito el que no sé si
existe, soy tan negativo y tan realista que no me permito disfrutar de la vida, (a la que utilizo para redimirla), con las personas que la habitan pero ya se
acabó. Ayúdame por Dios.
Dame
el motivo para no dar malas respuestas al falso sino que se me quiera apoderar,
que el lugar de la ascensión no llegue solamente al final del tiempo
inexistente que permita al mundo estar. Solo quiero ser feliz, déjame serlo,
tengo todos los motivos para ello.
Mis letras respiran el halo del bien, solo
es desahogo y obrar bien, parece sencillo! Solo quiero vivir para poder reencontrarme
contigo en paz algún día y quererte como te quería.
Un
día cualquiera como hoy para volver a escribirte, te quiero.
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