Hado
negro, dar respuesta al tiempo, sin espacio para la debacle. Voces a solas,
desatando la locura contra la inocencia personificada de respuestas no mal
intencionadas. Descubre el perdón, recuerdo en el tranco el incidente de ya me
da igual morir y cerrar la puerta tras de si y abandonarse a lo que pase.
Te
paro los pies, no sé la razón del por qué te animas, qué te motiva. Esa
muchacha le hace más mal que bien, posiblemente, se anticipa en como este a rol
responde. No te juzgo, no te quiero dejar caer, ayudarte como Ace Ventura al
mapache.
Me
pego a la pared no le hagas daño a los objetos me dije, fui mal ejemplo tal vez
para ti si lo pase así. Distinta persona la que adoras, esto se tiene ya que
acabar, hombres con responsabilidad de acuerdo a su edad. Eres una persona
sensata.
Debo
de cuidar a la que me dio de mamar, al final la vamos a matar.
Dejar
de preocuparme y esperar pero la espera mata a las acacias. Me siento un terminal
en régimen de pena de muerte, sin pena, aceptando que me coma enfermedad. Esto
una metáfora de la angustia de no poder hablar y deber de callar.
Rezar tantas veces dio paz, la misma guerra me
ocasiona no encontrarme, sin tener claro ni mi propósito si es que hay algún
modo de salir fuera de la horca que a todos aprieta, en matiz de desesperanza
sin emisarios que no conduzcan a tretas.
Es
más fácil encontrar lo malo a lo bueno, más sencillo alimentarse de negatividad
que luchar por arrastrarla por puta. Las malditas curvas por el acantilado de
la desidia.
Saco
un número en la cola del Apocalipsis, sin patria ni rey como cuestionarse la
presencia de Dios cuando el mundo lo gobierna Demiurgo, aunque fuera juzgado y
la cuenta atrás se llenará de ánimas.
No
le hagan caso, que no les doblegue, de la redención se encargará el
Todopoderoso.
Redímete
a mi cargo bastardo, hablo de la lucha contra arcontes.
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