No
se corta la emanación de seres fértiles, coser manos a bolsillos para
esas mentes impresionables, veo peligro en las calles, horror en interiores.
No
hay lo que no quieren contar, existe una continua lucha por el bienestar en
parejas y una guerra que continúa sin fin por honor más que porque se ha ido de
las manos; hablo de la supuesta combativa por la paz que presumen: cuando en
las redes sociales se incita y elogia la barbarie y los titulares son todos
sensacionalistas, pero se olvidan de las sensaciones. Cuando comer se convierte
en una odisea de recíproco martirio; por necesidad y por la dificultad de algo
agradable en imágenes no de muy buen gusto, ¿desde cuando las necrológicas en
telediarios? Y yo preocupándome porque no quiero tirar medios sobres de azúcar
y sal, el champú y el enjuague no eliminan esos rostros entre losas, todo un
desperfecto, que lástima no sean los hijos de los que organizan las ofensivas.
Brigadas de ánimas. Piedras en alza a los parlamentos de títeres sin amo, a los
ladrones en Robin Hood les cortaban las manos y mientras tapamos las webscam
por si les da por espiarnos y eso que no tengo nada que esconder pero tacharme
de lo que queráis.
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