Con
la mirada fija en los cuadros del comedor, el romanticismo nunca existió sólo
los románticos. Vuelvo a estar sin ti y tan a menudo me encuentro así que nunca
dejo de sentirme frágil con unos ojos
que lloran por tu ausencia.
La
lluvia cae contra mi rostro y estoy hecho un espectro con la casa a oscuras
asomado al balcón, un vaso de leche y una aspirina, una enorme insatisfacción.
Ángeles
blancos de mármol y un único pensamiento frente a la verja: Quererme
reencontrar contigo.
Parece
que te encuentro parecido, más de una vez me he quedado confundido, sé que me
acompañas pero tengo miedo que te muestres aunque me haría falta volver a verte
y abrazarte y es que nunca dejé de quererte, pero si de necesitarte.
Comentarios
Publicar un comentario