En
el camino del tao con la fuerza del chi, el perfume dorado, caigo en la marmita
de Obélix. Todo para mí, el elixir y el buen venir, mejores vinos no se hacen
por aquí. Traje de allí un mensaje divino, soy el fénix que carga oro desde el
Cielo, extingo el centeno.
Las
estrellas cuantas vidas alumbran, un corazón tan grande para un cuerpecillo tan
hermoso; eres radiante como la luz ultravioleta, eres caliente como la
situación de Grecia.
El
cielo cuantos ángeles cuenta entre sus filas, hermosas doncellas y santos que
pidieron piedad. Eres fresca fruta verde como Lorca; enamoras al primero que
muerda, eres mi prueba de vida como Terry.
Punto
de inflexión, que el agua corra. Si me contradigo, no rectifica Leprechaun por
qué yo. Fantasía, yo cierro la trilogía Mickey.
Deseo
cosas y el corredor se abre ante mí, los días me curan, suerte tengo que me quieras.
No ha sido un tiempo para una vez, ha sido una para tres mil cien.
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