Ver la posterior adecuación a
mis respuestas tomadas,
indicio de inicio a
resoluciones afectivas,
formulando álgebra en braille,
contando líneas de tacos en
bailes de salón,
respondiendo a vuestros besos
con las mejillas cubiertas
por un forraje natural, jersey
de lana de vello en abundancia.
Sinfonías melancólicas de
regreso a mi hábitat,
asentando las suelas con el
acerado de las mangueras
que sacuden las calles, comer
siempre antes de dormir
y partir con victoria
asegurada,
no dar tiempo al nuevo alba
por milímetros.
Estrenado el
trabajo esperado y lo demás,
días decisorios, pausado el
ritmo, no desenvaino el espolón,
ni empotro otro peso contra el
colchón relajado,
65 kilos para 90 cm es
suficiente, no hay plumajes que valgan,
nórdico y sábana es
suficiente.
Madrugo para hacer hora para
seguir
y preparar el espacio que
almacena la comida.
Primer y quinto momento, abro
y cierro.
¿Qué más puedo pedir?
Comentarios
Publicar un comentario