La
oscuridad del abismo
La
locura de la espera
La
impaciencia de la prueba
Fuerzas
extrasensoriales que me advierten y se encargan de mí, una sensibilidad extrema
que me hace sufrir. Partir en busca de la huida de identificarme demasiado,
tanto en común y tantas dudas sobre lo que necesito. Me conozco lo mismo que
atormento, ya pasé lo peor; en este instante ni las baladas me conmueven, sólo
yo me puedo.
Un
culo te puede volver loco, no te enamores de mí que me pierdo. Te mostraré mis
pensamientos y un futuro muy incierto. La mente como siempre en alto y los pies
preparados para el campo. Una vida entera encerrado en un sueño.
Sin
ti la vida se me va, al disfrutar de la ignorancia sigo feliz, no encuentro al
ser por maldad de gente, todos se sonríen y rajan después.
Me
he sentido cómodo aún en los peores momentos, huyo rendido sin poder estar, el
llanto evoluciona a sal de mar.
Cambié
de aspecto y no borré tus fotos, son recuerdos de los que queda la imagen y un
breve pasaje fotográfico mental, sin ser consciente de cómo ya estaba en ti, eres temporal como una
granizada. Me volcaste tus miedos y no me importó, no te juzgo, fueron sólo dos
días y medio no? Tus besos han prescrito.
El
retrovisor no cedió, no nos descubrieron, el pomo saltó y la bufanda solo era
un señal de por si acaso, las bicicletas no se roban sólo se prestan.
Y
me convencí de no ser soldado sólo visionario y me reafirmé como individuo,
ningún espacio quedó en blanco, hasta el entierro, no sé si fue todo necesario,
es tan difícil saber el porqué como intentar conocer lo que ocultan tus
ojos cuando el cerebro disimula con nuevo engaño. Confía y cuéntalo que no lo
contaré jamás, cada vez más enamorado de la ilusión que te guardo, ni me fallo
ni utilizo, solo soy barro, nacido en personas que hicieron muecas con mis
párpados y líneas de manos que continuaron su trazo en pos de algo que no
quiero ni pensar.
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