Destructivo, adicto a lo que
vivo, dependiente de los besos que me das y las caricias que recibo, que
recibo, ya no se ni lo que digo, si no hay momento que no desee estar contigo,
que persigo lo que ruino, que cuando te vas de mi lado el olvido está conmigo,
está conmigo.
Abandonado a la suerte de un
mal trago, para mi es muy importante tu precinto, me da seguridad, solo quiero
que seas mía, de nadie más, dar la vida por ti.
Invadido de libros que me
ocultan información, solo con tu cuerpo resucito, hazme un desgraciado, esclavo
de un paso acompañado, cada vez le pillo más gusto a la idea de estar para
siempre vagando. Me ha despertado lo mismo que he soñado, gemidos de tu mujer
deseados.
Quiero la inocencia, ya no me
llama tu lascivia, mercadera, en un local incómodo salen a flote los radares y
los pasos encaminados hacia la calle, por eso prefiero tirarle a casa a dar
vueltas sin sentido, tengo frío del que he cogido, fumabas en la puerta con
abrigo, yo te dije buenas noches, no tenía previsto dormir esa noche contigo.
A la mañana siguiente la luz
encendida me despertó, el brasero encendido y el televisor, dos colegas en el
sofá de al lado, ¿qué ha pasado, donde he acabado? Vuelvo a perder esa sonrisa
que consigo cuando ya ha vuelto a empezar la semana, las molestias en la
espalda continúan de no hacer nada, adicto a las noches de fin de semana.
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