Puedo
cambiar la escritura pero nunca voy a dejar de amarme. A menudo dudo de las
vallas que son reales, tanto dentro para sacar a respirar al genio.
Halo
incierto, tiempo de clavos y espinas, pensamientos nublados, frío ártico. Me
imaginé echado en el suelo sin vida y lo recree, de la propia angustia me
incorporé, me muero de pena solo con pensar que sufro, compadeciéndome de mi
mismo. Amándome en secreto.
Salir
de engaños, compartir mi mnemotecnia. Soñarte sin chinchetas.
A
medio rellenar, mente entretenida vista al frente, varios miles de likes y no
sienten miedo. Cuerpo busca cuerpo. Vivo por la que no contesta mis llamadas
mientras sus sombras se funden con la traición de la vid vacua.
¿Si
vamos a morir por qué hemos nacido? Por lo pronto elegí ser feliz, somos lo que
pensamos ni más ni menos. Sencillamente.
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