Llévate de regalo el mejor retrato, fotógrafo indigente titulado, cualificado de pie derecho, cambio el cauce por defecto, transeúnte de andares estilosos. Un rapero rodeado de rocieros. Guiñole un ojo a la albina y el caballo rebufa ay del látigo patriarca. Barbas crecientes delatan vanguardia. No hay mal de ojo si Fátima va en el lateral en mano, aposento del que extraigo la llave a la Campana. En Duque juego a tómbola de hermandades entre charcos contando tapas y firmando servilletas. No me conocen pero cuidan bien, formas que describen mi poesía. Papiro de grandes alegorías.