Recónditos versos del altar idóneo de 7 flores papales, catacumbas debajo, nada al margen, todo medido, ritual ancestral. Túnicas largas, misas negras de gente anormal, las cosas al revés del original, la cruz invertida de San Pedro. Fuego. Chicas vírgenes esperando sacrificio, no es los Chicos del Maíz pero parecido. Veneno de culebras, sapos, pócimas secretas, flores podridas, maldad, locura, ansiedad extrema causada por el éxtasis, drogas, setas, velas. Psicofonias grabadas en interminables dédalos, implorando a los templarios y a Pio xii, también a Belcebú, la ouija empieza a dar vueltas, quién será el primero en ser poseído, quién el primero en abandonar, esto es un juego, nada puede salir mal, que va. El tablero da vueltas despedido, se abren fosas comunes, cadáveres se levantan de la tierra; zombis los llaman. No tenemos armas. Los ojos como escápulas nada es real piensan, corre carretera abajo y las aceras se desvanecen, vestidos blancos de chicas pálidas que hablan de una c