Quedar para encontrarte, salir a despejarme, mirar al horizonte, perderme en el paisaje. Colgarme de los árboles, saltar encima de los charcos y salpicarte, llamarte desde encima de los sauces. Crear lo imaginable, romper lo establecido, soñar lo elegido, ser yo el que decida. Asomarme al balcón, sin camiseta recibo el sol, a oscuras anda luna, asoma la penumbra. Híncame las uñas en los arañazos de la tierra sucia, de las pisadas de las bestias, y dame la flor de la ilusión volátil. Sueño imaginarme atravesar esos campos desnudos. El aire sofocante del invierno bajo los ladrillos de la leña mojada, y el fresco mañanero a primera hora de verano con la brisa del mar. Ese edificio más alto tapó las vistas. Rompo un saco de desilusiones pasajeras, abrir las aguas como Moisés, cruzar el espigón a nado sin colchoneta, y sentir el confort de las tareas bien resueltas.